Alrededor del año 1992 conocí personalmente a Juvenal Graterol Flores, mejor conocido como Juan Felino, me lo presentó mi ahijado de bodas, el hoy reportero gráfico Júnior Lugo; en ese entonces frecuentábamos mucho el diario Médano, era un año de campaña electoral por la gobernación del Estado Falcón, y Júnior y yo éramos directivos regionales del partido ORA. Aunque desde mucho antes, cuando leía las FELINADAS, lo que mas me impresionaba de ellas era su inmenso contenido teológico y el conocimiento universal de su autor; muy bien disimulado a través de su humor irónico. Desde aquel agradable encuentro seguí con mayor interés su desenvolvimiento, que no era a simple vista lo que expresaba su humor, iniciándose una profunda admiración por él.

Corroborando consecutivamente a través de sus escritos que finalmente Juan Felino, era un perfecto amante de la decencia, pero esta acompañada de la verdad, la justicia, y la paz; de lo contrario ironizaba y atacaba la falsa virtud. Comprendí que también era un notable y exacto poeta y un filosofo estratégico, que en sus protestas se encubría en un personaje grotesco, comedia que le servia de excelente carnada para un mundo mayoritariamente análogo a su particular y satírico mensaje. Donde innatamente pretendía que después de las inmediatas risas que producían sus innumerables ocurrencias, finalmente a solas o desde nuestros subconscientes, termináramos reflexionando para nuestro bien y el de nuestros semejantes.

Producto de toda esta creciente admiración teológica, estrategia filosófica y conducción personal de Juan Felino, nuestro segundo encuentro fue el 12 de junio de 2003, en el bautizo del libro "Crónica Bíblica", donde a través de la licenciada Euqueria Reyes, le había pedido a Juan que fuese el disertador de aquel evento. Esa noche él me expresó sus lógicos temores, al formularme que no estaba acostumbrado a llevar su humor erótico y satírico a una audiencia como aquella; la cual estaba compuesta en su mayoría por apóstoles, pastores y muchos lideres evangélicos y creyentes católicos. Me comprometí con hacerle una introducción antes de su intervención.

En la que exhorté a la audiencia que debería avergonzarnos mas el engaño del cual somos victimas constantemente y al cual obedecemos sin ruborizarnos, esto, debería abochornarnos mas que las palabras de un humor bien intencionado. Que lo que nos debería verdaderamente sonrojar eran el hambre, la orfandad, la ignorancia, la mentira y la hipocresía, así como la insalubridad, el caos general; principalmente el de los hospitales y cárceles; que primero deberíamos abochornarnos de las injusticias sociales, la inseguridad, las guerras y la impunidad.

Pregunté ¿A quien ofende Juan Felino con sus buenas o malas palabras? Ojalá pronto llegara el día en que nos ofendan mucho más las injusticias, que deben ser las indiscutibles obscenidades; que nos sensibilicemos a tal punto, que podamos responder según nuestras cualidades y recursos a las inequidades legalizadas. Terminé ¿Como y cuando sabremos que ese día ha llegado a nosotros? Lo sabremos cuando también nos hagan reír y concienciar las palabras de humoristas y poetas sabaneros como Juan Felino.

Esa noche Juan inicio su cátedra de humor tocando violín y guitarra con su hijo Arnoldo, entre un público sorprendido y risueño, También cantó y entre otras cosas jocosas dijo que una doctora le había encomendado hacerse un gran examen de heces para ver que clase de mierda era él, pero como vivía en un eterno ladre, producto de su mamazón, tuvo que finalmente pedir para la muestra dos mojones prestados; recuerdo que también dijo que cuando dispuso de dinero se dirigió a comprar unos huevos y cuando le dijeron que costaban 100 bolívares cada uno, él expresó ¡Si un huevo cuesta 100 bolívares!, ¿cuanto costará un papo? etc. Absolutamente nadie se salió del auditorio del colegio de ingenieros de Punto Fijo, todo lo contrario, cuando finalizó lo aplaudieron mucho.

Me asombró considerablemente que en ese instante muchos niños de uno y dos años efusivamente también le aplaudían, pero pronto capté, que era que, en medio de los aplausos, sorpresivamente también empezaron a estallar, de manera espontánea, algunos globos de colores patrios que estaban alrededor del pulpito, en el estrado donde se encontraba solo Juan. No tuve duda y se lo hice saber en varias oportunidades, que Dios y la Patria igualmente le había aplaudido, cansados ya de tanta mojigatería en los eventos religiosos y oficiales, se habían relajado mucho viendo que estuvieran sus humoradas entre este público. Así, por aquella fecha con mucho gusto le dediqué el artículo denominado "Las Palabras de Juan Felino" en el diario Médano, en honor a la segunda edición de su libro "FELINADAS II".

En sus últimos años y aún mas en sus posteriores meses, tuve el gran honor de estar muy cerca e involucrado con Juan Felino; de siete días a la semana, nos reuníamos en tres o cuatro de ellos, durante varias horas, en su casa de habitación en Punta Cardón o en ASOPOSA (Asociación de Poetas Sabaneros). Cada día que pasaba, ambos teníamos mas sed de nuestra amistad y a pesar de las diferencias políticas abismales, entre los dos, eso nunca llegó a mellar el crecimiento del respeto y admiración mutua. De ello, son testigos principales su actual viuda Doña Ramona Higuera de Graterol y su hijo Arnoldo, también algunos miembros de ASOPOSA y otros amigos y familiares. Dolidos todos por su reciente “Hasta Lueguito” el 23 de enero de 2008, como él bien decía “Hasta Güevito”.

En primera línea comprobé que fue excelente, responsable y amante hijo, hermano, esposo, padre, ciudadano, amigo y creyente católico; además desde niño, sus poemas recibieron premios muy distinguidos,  como el que le otorgó el programa radial caraqueño llamado “El Galerón  Premiado” en el año 1949, su premio metálico le llegó vía correo postal hasta Pedregal. Todos sabemos de su prolífica producción poética, distinguido entre los mejores decimistas y sonetistas paraguaneros, sin dejar de mencionar su exacta prosa. Como escritor, fue autor de varios libros. Además fue cantautor y excelente músico, tocaba muy bien el cuatro, la guitarra, el violín, el güiro, el tambor serrano y la flauta. También era excelente comediante, caricaturista y humorista. Fuera de nombrar su trayectoria profesional como telegrafista; graduado y desempeñado con honores hasta su jubilación.

A este hombre oriundo de Pedregal, un pueblo que al parecer todos sus naturales son buenos, sería mezquino negarle también el título de teólogo y doctor de ciencias universales; cuando seriamente se analice su legado, estoy seguro que no se le objetarán estos grados. A él, lo caracterizó siempre una humildad genuina, por eso se complació mucho con su doctorado “Horroris Cáusame” que le otorgó la Universidad de Palo Alto en Pasaleña, California, Republica de Taparoy. Distinción que vinieron a entregarle en persona Condoneza Risa en representación de George Bushro y Margaret Thatcher a nombre de Tony Breva, hijo de la Gran Brevaña, disertó también Charles Andrés Pérez. El  homenajeado cantó “Entre Papo y Papo, se me va la vida” y  lo acompañó el excelentísimo señor embajador de los Países Bajos Urbanito Jiménez. La coral del ateneo también vocalizó “La Borriquita de Punta Cardón”.

No faltó el presidente de las Republicas Independientes Unidas de Maitiruma, el soberanísimo Brujo, Sergio Medina. Por la Republica del Hoyito se presentó su excelencia Ramón Ibrahím Petít y en representación de la Republica Federativa de Caseto su eminentísimo embajador Daniel García. Acto solemne vergonzosamente interrumpido varias veces por el carcamal Busca Líos Casquillo en Vara, reclamando que el conferimiento de dicho título debía ser inmediatamente impedido; por las obscenidades, indecencias y vulgaridades continuas del homenajeado. Repartidamente ellos vinieron hasta aquí, al Ateneo de Punta Cardón y nos hicieron reír a carcajadas durante horas a todos los presentes, de hecho, quedamos con dolores abdominales. Sinceramente Juan Felino fue siempre una “Causa de Horror” para los que en nombre de la virtud se han empeñado en estupidecernos.

El 19 de abril de 2007, fue el orador de orden de la Cámara Municipal de Carirubana en el mismo Ateneo de Punta Cardón, en su seria y jocosa alocución ante el Alcalde, los concejales, el personal administrativo y todo el público presente, en su disertación, expresó que los muertos de Punta Cardón ya estaban alzados y se disponían invadir el cementerio privado “Santa Ana” sino se le mejoraban sus condiciones, pero él había hablado con ellos y les dijo que se esperarán hasta su intervención ante el Alcalde y el Concejo Municipal; así, en aquel momento pidió específicamente la instalación de la puerta del cementerio y el asfaltado de su carretera, trabajos realizados por la Alcaldía pocos días antes de él morir y que le sirvieron para su recepción en el mismo cementerio.

Sus últimos libros inéditos son la 4ª Edición de “Un Parásito de Postín” y “Paz a sus Almas”; en el primero, en su único epilogo entre sus libros, que más vale parece el de su vida, sorprendentemente lo inicia diciendo que son sus notas finales y sigue explicando en su contexto, porqué usó siempre la sátira y la ironía en todos sus trabajos, en ningún momento pide disculpas y tampoco tiene porque hacerlo, pero por primera vez revela porque fue Juan Felino y que perseguía con este personaje; en su segundo, último y premonitorio libro aún no editado, “Paz a sus Almas”, en el realiza un Ré-Quien a cada uno de sus amigos ya fallecidos.

Pero mas sorprendente, es que, el mismo día en que súbitamente fallece, deja en su maquina de escribir su última FELINADA, que también fue su postrimero Ré-Quien, dedicado a Norexis Reyes Sánchez, hermosa joven, estudiante universitaria, que muere prensada por un árbol, al caerle este bruscamente en la Universidad del Zulia de Punto Fijo, escrito final realizado ese mismo 23 de enero de 2008, donde conceptúa la muerte y habla de su implacable e inexorable acción; deja así su sentido pésame a sus padres Alexis y Norma, que también fueron sus amigos y vecinos.

         El mismo día en que muere, todos los asoposeros estaban invitados al cumpleaños 86º de mi mamá; Juan como presidente de la asociación y debido a que su secretaria, la licenciada Esdras Lupita Pérez estaba muy ocupada, desde temprano el mismo se encargó de contactar a todos los miembros de ASOPOSA y sin darse cuenta se despidió telefónicamente de todos ellos. Finalmente cuando me llamó para corroborarme que todos iban, tuvo la deferencia de expresarme el grado a que había llegado nuestra amistad y que así lo consideraban en toda su familia; a mí me intimidó mucho que me dijera eso y otras cosas inusitadas por teléfono, sí dentro de pocos momentos nos reuniríamos en la fiesta; sin sospecharlo, pocos minutos después, estábamos todos los asoposeros alrededor de su cuerpo, inerte, tendido en la morgue del Centro Medico del Hospital Cardón.

Asimismo me extrañó su regalo navideño, una camisa negra, que usé gustosamente el 24 y 31 de diciembre de 2007, sin saber que le estaría guardando un luto premonitorio, pocos días antes de su muerte. También observé en su última misa novenaria que la iglesia estaba llena de flores naturales muy vivas, debido a que el día anterior había sido el aniversario de las fiestas patronales de la Virgen de la Candelaria; personalmente considero que absolutamente ninguna de estas acciones y acontecimientos fueron producto de la casualidad, Dios siempre intuyó, dirigió y estuvo pendiente de Juan.