Partió nuestro queridísimo tío, Don Alberto Acosta Ramírez (Papabeto), lo hizo a la edad de 103 años, aun bajaba y subía el jadeante cerro de Villalta de Cuabana, acompañado solo de su bastón; lo hacía para tomarse el cafecito que le gustaba tanto, allá abajo, en las casas de su nieto Guillermo, su hija Belia y el profesor Saúl Marín, y en la casa de su hijo Hernán Acosta.
Aún leía su Biblia, invariablemente hasta el último día de su vida conservó su plena conciencia y reconocimiento, de todos los integrantes y aconteceres de la familia. Siempre sus hijas e hijos, Rosario, Aura, Belia, Zuleima, Berta, Zaida, Luis, Antonio, Hernán y sus muchos nietos y sobrinos; celebrabamos con muchos honores sus centenarios cumpleaños.
Fue él, quien trajo a sus padres del sector Las Uvitas de Cuabana; a Ciriaco Acosta (Papayaco) y Teófila Ramírez (Mamatota), lo hizo con el producto integro de sus trabajos en las islas de Aruba, Curazao, Margarita y en el Edo Zulia; también con el provecho de su labor en la instalación y extensión de las refinerías paraguaneras; así incansable, financió la casa y el conuco de Villalta de Cuabana; que entregó desprendida y honorablemente a sus padres, Papayaco y Mamatota.
Por eso hoy, debemos y tenemos que darle GLORIA A DIOS, que siempre cumple con su palabra; cuando la Biblia dice: "Honra a tu Padre y a tu Madre para que te vaya bien y seas de larga vida" Efesios 6:2-3. Hoy nuestro patriarca Alberto Acosta, es un ejemplo de la honorabilidad y certeza de las promesas de la palabra de Dios con nosotros. Los buenos ejemplos los debemos imitar.
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Gracias a Dios el Señor,
Que es quien da felicidad,
Padre de toda bondad
El que nos dio lo mejor;
Fue su regalo de honor
Y al rondar esta subida
Nada superior se pida;
Cien años más Papabeto
Se extienda tu mejor reto:
La familia Acosta unida
En esta casa halagada,
Pasión de Ciriaco Acosta,
La guía que ha sido posta,
Fue su Teófila amada
Y el celo por su camada;
Que a toda la estirpe cuida
Y cada vez más anida
A Yacos y Mamatotas,
Con tantas Villas Altotas,
Para reencontrar su vida.
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Sus nietos Miguel Sánchez y Rafael Quintero, sus hijas Aura Acosta de Sánchez y Rosario Acosta de Quintero, Papabeto en su cumpleaños 103, y a la derecha sonriente, su hermana Elvira Acosta de Blanco, mi mamá |